martes, 14 de noviembre de 2017

Capítulo 12: Tropiezas. Te levantas. Tropiezas. Te levantas. La cagas mucho, caes pero no lo suficiente, y te vuelves a levantar.

Tropiezas. Te levantas. Tropiezas. Te levantas. La cagas mucho, caes pero no lo suficiente, y te vuelves a levantar.

El problema comienza cuando no paras de encontrarte baches que entorpecen tu destino. Obstáculos que creías conocer y que vuelves a dudar si saltar o pasar por el lado. Ese es el problema. Cuando pones ilusión en algo y se te va a la mierda. Cuando intentas por todos tus medios ver a alguien de tu familia, y no puedes, o sí, pero 3 o 4 horas a lo sumo. Eso te frustra. Intentas hacer todo lo posible para que esté bien la situación y todo se vuelve en tu contra. Te sigues hundiendo poco a poco, aunque aparentas tranquilidad e incluso serenidad porque no quieres que te pregunten. Ya no tienes paciencia con nada, es un problema. No te fías de nada ni de nadie, es un horror. Desconfías de cada palabra que te dicen, tus amigos, tu familia, tu pareja e incluso tus compañeros de trabajo. No paras de perder peso empicado. Más y más. Esos pantalones que tanto te gustaban te quedan enormes, da igual la de veces que intentes arreglarlos con la máquina de coser, te van grandes. Tu autoestima vuelve a estar configurada por las opiniones externas de los demás, por esas personas que te juzgan sin saber que no deberían hacerlo. Esas personas que hablan de más o que saben lo que dicen porque lo han vivido e intentan darte una lección de vida, pero lo único que consiguen es que te cuestiones si tus decisiones son las correctas. Te cuestionas hasta si el pan que has comprado es adecuado para hacerte un bocadillo. 
¿Que cojones te queda? ¿qué? nada. Sientes que te asfixias pero cuando miras hacia abajo, ves tus propias manos. Eres tú. No te sientes sexy, ni atractiva para nada ni nadie, ni deseada, porque... ¿quien ve más allá de mi físico? Intentas tomar una decisión, lo concretas en tu mente y con las personas implicadas, y días antes, te cagas las patas abajo y no sabes realmente, si llegarás hasta el final. 

Te levantas. Tropiezas. Te levantas. La cagas mucho, caes pero no lo suficiente, y te vuelves a levantar.

Tu mente va a mil por hora, miles de pensamientos recorren cada parte de tu cuerpo ¿a quién intento engañar? si una persona no está segura de sí misma, eso mismo se lo traslada a los demás y estos se toman la libertad de pisarla, de gritarle e incluso de darle a entender que se busque la vida por otro lado. Nadie quiere implicaciones en esta vida pero... ¿por qué? si te importa alguien te implicas y lo das todo, al menos eso he aprendido yo con el paso del tiempo, no la lanzas a los brazos de otra persona. La ayudas, la consuelas e incluso le devuelves la confianza que había perdido en un bache. 
Pero no, la sociedad es lo suficientemente egoísta que no se para pensar el daño que puede causar en alguien ciertos gestos, ciertos comentarios despectivos, en cuanto a su manera de vestir, a qué mierda lleva en el bolso o por qué no tiene ganas de según qué cosas. Y es, que con la mentira no se llega a nada, tampoco con comentarios "constructivos" pero hirientes, ni tan siquiera con un "me lavo las manos" y le echo el muerto a otro. Porque eso hace mella. Va clavándose en el pecho y va abriendo la herida hasta que esta absorbe el poco oxígeno que se le permite y cae. 

Entonces tú, te has caído. Y esta vez no ha sido un tropiezo, aunque todos puedan pensarlo así. Ahora no puedes levantarte porque llevas 45 kilos a la espalda que te recuerdan lo mierda que eres, lo poco que vales, lo poco que sabes y el hecho de que cualquiera se va a aprovechar de ti por buscar algo de cariño y amor. Y así es la vida, contra un muro una y otra vez. Lo peor es cuando los demás tropiezan y tu estás ahí para ayudarlos a levantarse. La puta mierda es cuando tu estás ahí para todos, y nadie está ahí para ti. La putada es ese momento en el que piensas en las alternativas que te ofrece la vida y te DAS CUENTA de que no hay ninguna más, que hay un solo camino que te va a impedir siempre no tropezar. Porque da igual que una vez que estés en el suelo con 45 kilos a la espaldas puedas levantarte, porque bueno, al principio te dolerá la espalda pero creerás que es buena señal, pues te has levantado y eso es lo importante. Pero lo que no sabes o no quieres saber es que poco a poco tus vértebras ceden y se rompen una tras otra. Y cuando creas ya conocer el significado de la vida, estarás muerta. 

sábado, 30 de septiembre de 2017

Capitulo 11: Referéndum ¿si o no? ILUSIÓN ¡sí!

Hace un par de días recibí un whatssap de mi padre alarmado por la situación que se está viviendo actualmente en Cataluña. Cuando lo leí, justo después de haber salido del trabajo, no pude evitar reírme.

(...) estoy muy preocupado por la que se va a armar el próximo domingo. (...) te pediría que si vas a votar, cuando termines para tu casa (...). 

Justo después de intercambiar un par de mensajes de audio, decidí llamarlo para tranquilizarlo y, contarle un poco, cómo es la situación aquí, pero la situación real, no la que cuentan los medios de comunicación tradicionales.

He querido esperar hasta hoy para escribir esto porque hace exactamente un año, que vivo en Barcelona, un año que me mudé a territorio "independentista". Y bueno, creo que no me han podido acoger mejor en esta zona. Desde la familia que tengo aquí, hasta los mismos catalanes.
Como andaluza que soy, no tenía miedo de enfrentarme a Cataluña, pero en el fondo, temes porque todo lo que te dicen sea cierto y, queridos amigos, no son más que mentiras infundadas por miedo a lo desconocido. Los Catalanes son ¡personas! y ojo ¡respetan y todo! No, en serio. Creo que desde pequeños, nos han venido una idea falsa de como eres según a la región que pertenezcas, y esto es muy arriesgado de afirmar. Tengo grandes amigos y amigas aquí y tienen bastantes temas que hablar, el independentismo ni sale en los temas de conversación. Aquí no hay 4 anarkas que te quieren imponer sus ideas, no queridos amigos, aquí hay algo mágico que nunca me había encontrado.

Haciendo un salto temporal lo suficientemente grande como para entenderme, nos remontamos a los últimos acontecimientos que se han dado en Cataluña. Los atentados, manifestaciones día sí, día también, e incluso el famoso tema del referéndum. Tanto mi pareja como yo pensamos parecido, pero en esta ocasión os daré mi opinión de lo que es para mi, el pueblo y el trato catalán.
Insisto en que aquí hay algo que jamás había visto en mi vida: unión, ilusión, alegría, orgullo, implicación. La gente sale a la calle a celebrar todo. Aquí, familias enteras se hacen unos bocadillos y se van a plaza España a esperar que empiecen los conciertos por las festividades de la Mercé. El día 11 de septiembre, la diada Catalana, fue un choque brutal para mi. Todo el mundo salía a la calle a celebrar su día, esto en Andalucía podrá pasar pero en menos medida, aunque yo, jamás había visto algo así. Entiendo que estoy en una ciudad muy grande, pero la gente tiene un sentimiento de unión y de pasión hacía su bandera, sus costumbres... que yo, en mis 25 años, jamás había visto en España. Era tan maravilloso ver los corros de gente sentada tomándose una cerveza y cantando tranquilamente en el Arco del Triunfo, que os prometo que se me iluminaron los ojos de la emoción.
Barcelona es una ciudad mágica y única, al igual que su gente. Con el tema del atentado, (no paro de hacer saltos temporales pero ya sabéis que escribo sin orden en este tipo de blog) fue IMPRESIONANTE como la población ayudó, también las manifestaciones que hubieron, mi chico y yo fuimos a una en la que los musulmanes bajaban por las Ramblas al grito de "no soy terrorista". Cuando ves a tanta gente movilizada para luchar por algo es cuando vuelves a creer en la sociedad, cuando entiendes que no está todo perdido y por consecuencia vuelve la ilusión a tu corazón. Es así.

Y sí chicos, aquí en Barcelona me he movido más veces que en Granada, he salido más a la calle a manifestarme, he ido al ayuntamiento a firmar en una ocasión, me he interesado tanto que hasta pensé en afiliarme a un partido político, cosa que yo jamás hubiera hecho porque perdí la ilusión en la política...
 Y bueno, con el tema del independentismo, del referéndum que se celebra mañana día 1 de octubre, lo único que puedo decir es que ¡por favor no miréis la televisión! Vivo aquí y no he visto violencia alguna, he visto ilusión, he visto a gente joven manifestándose pero también a gente mayor y gente en silla de ruedas. Quieren tener el  derecho a votar, a poder decidir por su futuro y lo están haciendo de manera pacífica, en mi vida había visto una concentración tan grande y que no tuviera ningún altercado, pero es cierto, aquí las cosas no son como las veis en televisión chicos. No. La gente que ves en la calle son padres y madres con una familia que salen tranquilamente con sus bocadillos y su botella de agua. Los ves sonreír, con energía y con ILUSIÓN, como ya he repetido miles de veces. Nadie hace daño a nadie. Si tienes dudas te ayudan a resolverlas sin intentar convencerte de nada. Y eso, viniendo de Granada y habiendo nacido en Córdoba, me hace abrir los ojos. Abrir los ojos a cómo me gustaría a mí que fuera España, joder quiero esto para Andalucía. Quiero que todos nos implicáramos más, que nos movilizáramos con mucha más frecuencia a luchar por lo que realmente queremos, por lo que creemos y por lo que nos hace seguir mirando hacia delante. Me gustaría una España limpia y segura de sí misma tanto como Cataluña lo está siendo y transmitiendo. Obviamente no estoy a favor de la independencia pero sí del referéndum. Me gustaría saber la opinión de los catalanes, qué piensan de todo esto y, bueno, no sé si les dejarán votar o no pero, a mi como ciudadana Andaluza me han cambiado la forma de ver las cosas, y no he hablado con nadie para que me coma la cabeza no, he salido a la calle y he respirado esa energía que emanan personas con un propósito claro. Por primera vez en mi vida, tengo ilusión por esto, por algo, y veo que podemos cambiar, que un mundo mejor es posible, solo hay que saber de quien puedes confiar.

Amigos, ya lo pensaba cuando vivía en Granada; Cataluña y, en menos medida la comunidad de Madrid, son las ciudades del cambio y lo están demostrando, la gente vuelve a salir a las calles sin miedo, sin violencia y quiere un cambio de verdad. Mañana, os prometo que me muero por saber si podrán votar los catalanes, porque el gobierno Español está haciendo todo lo posible para impedirlo y eso, en cierta medida te puede quitar la ilusión, pero se que lo conseguirán. Tengo amigas que han salido todos los días a la calle, y no son radicales independentistas, son personas con sentido común que se han cansado de tanta mierda.

Hoy más que nunca, soy Cordobesa de corazón Granadino y residente en Barcelona, pero a día de hoy, Granada, la ciudad de mis sueños, comparte hueco con Barcelona.

¡Mucha suerte para el 1 de octubre!

PD: Papá, ya te dije que por ser Andaluza, obviamente no puedo votar pero tranquilo, los únicos radicales que hay son los fascistas que quieren causar una mala imagen del resto de manifestaciones. Estamos bien y apagad la televisión, que solo vende mentira y miedo infundado.

miércoles, 19 de julio de 2017

Capítulo 10: Mi pesadilla

Estos días andan por YouTube decenas de vídeos con el tema de DalasReview, Miare, el perro... Hace ya bastante tiempo que se menciona tema de maltrato psicológico, físico y más mierdas que no vienen al caso. Bueno, pues yo siempre me he mantenido al margen, en el sentido de dar mi opinión públicamente al respecto aunque siempre he sabido a que bando posicionarme. La cosa está que empiezan a salir vídeos y explicaciones que me tocan de cerca, y no, no conozco a ninguno de los YouTubers de dicha pelea, pero sí que me he dado cuenta de un patrón de comportamiento, que por lo visto, es más común de lo que yo pensaba. 
Imagino que mis lectores más nuevos no tendrán mucha idea de lo que estoy hablando, y menos si no conocen mi blog anterior a este, pero me da igual, simplemente quería dejar plasmada mi historia, y dos años después, me pongo en "riesgo" de alguna que otra represalia pero me da exactamente igual, necesito dejarlo por escrito por si ayuda a alguien.

Todo se remonta pues eso, un par de años atrás, yo estaba en una relación de casi 6 años y bueno, pues llegó alguien que se metió en medio. No puedo echarle directamente la culpa porque el hecho de romper esa relación fue culpa mía, pero a día de hoy, aunque se que tuve la culpa, también creo que me vi "obligada a hacerlo". Cuando comencé esa nueva relación era de película, un sueño, una película, jamás me había sentido así. Él era extraordinario, era lo mejor que me podría haber pasado y no paraba de repetir lo feliz que era por todas las redes sociales.
 Los meses pasaban y bueno, no había "nada raro" en la relación. No me pareció raro el tema de que me "aconsejara/obligara" a dejar algún que otro habito que yo tenía que no era del todo bueno... es tu pareja y lo único que quiere es lo mejor para ti, hasta ahí lo puedo entender, pero claro, él no me estaba ayudando sino que me estaba OBLIGANDO a que dejara "x" cosa o la relación acabaría. Es más me acuerdo perfectamente de la conversación porque íbamos de camino a Granada en coche. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta de que no solo "te aconseja" dejar algún mal habito no, también empieza a seleccionar a tus amigos/exs/rolletes que solo "quieren" aprovecharse de ti y que es mejor ir alejándote de ellos. Y me sobran dedos de las manos si me pongo a contar a todas las personas que fui dando de lado por él. También gilipollas de mi de no poder ver la realidad como era... pero a día de hoy, siendo coherente y con dos dedos de frente, me doy cuenta de que no es que estés ciega, es que tú misma te justificas a ti misma de que tienes que hacerlo porque es lo que se debería hacer en una relación de pareja. Y no chicas, no es así. El tiempo siguió pasando y recuerdo como tenía actitudes ante mí, ante mis amigos e incluso con mi familia en la que yo tenía la necesidad de normalizar ciertas situaciones o comportamientos tipo: "No quiere que quedemos porque tiene que jugar una partida muy importante de tal" o "No quería ofenderte con el comentario, solo está de broma pero es muy serio", "Me gusta estar a solas con él, no necesito a nadie más". 

Viendo vídeos o tweets de personas como Ingrit (ex de Dalas) o Anne me empecé a dar cuenta de que yo había vivido algo muy parecido, por no decir idéntico. Estas chicas comentan algo que me puso la piel de gallina y fue el tema de las discusiones. En mi antigua relación, mi chico se podía enfadar por "x" cosa, pero yo JAMÁS. Porque era una loca, no estaba bien de la cabeza. No podía agobiarme ni tampoco llorar, y mucho menos tener ansiedad. También era normal que desprestigiara mi carrera universitaria. Él no tenía por aquel entonces estudios y que yo los tuviera, no significaba nada porque siempre él sabía mucho más que yo y me argumentaba que "no hace falta tener ningún título". A mi eso al principio no me molestaba porque yo también pienso que tener un título universitario no quiere decir que seas el dios del mundo pero no se, me hacía sentir como que yo no era nadie, que no sabía de nada y que él siempre lo sabía todo.
 Como he mencionado previamente, me fui alejando de todo el mundo, y me volví mucho mas seria de lo normal. Para quien me conozca soy una persona que no para de hacer bromas y el tonto, pues con él no podía hacerlo. No es que no pudiera porque me ponía una pistola en la cabeza, pero me hacía sentir que no tenía que hacerlo porque no era apropiado. 
Algo que también comparto con las exs/amigas del YouTuber en cuestión, es el tema del pasado de mi ex-pareja. A mi ex le habían hecho mucho daño y yo había sido la luz que iluminó su camino, yo era genial, super especial, la primera vez que se enamoraba, etc. Sus anteriores parejas le habían destrozado, tenía una familia rota y no paraba de ser una víctima en todo esto.  Yo me lo creí, me lo creí todo, pues yo sentía que era su salvadora y que para mi, también era la primera vez que me enamoraba así de alguien. Siempre me ponía en contra  de sus exs-parejas cuando yo no había tenido mala relación previamente, pero consiguió que las odiara con toda mi alma... ¿para qué? te preguntas... pues porque la historia sería la misma que con su pareja anterior, exactamente igual. 

También se aprovechó económicamente todo lo que pudo, recuerdo como mi madre me echó la bronca porque a mitad de año, apenas me quedaba dinero de la beca de estudios. Claro que no, se lo pagué todo, desde viajes a Granada desde Málaga, comidas , caprichos para ganarme su cariño... que concepto tan asqueroso tenía yo de lo que era el amor.
 
Algunos de los que me conozcan pensarán "¿a qué coño viene esto ahora?" pues viene porque el tema de Dalas, del asqueroso y sucio Dalas, ha conseguido que abra los ojos y que me de cuenta de que yo también fui una mujer maltratada psicológicamente. Os juro que necesitaba soltar esto, no podía más después de años callada. Me olvidó cientos de cosas porque mi mente fue sabia en su momento y consiguió borrar de mi cabeza todo aquel infierno, porque sí, fue un infierno. Sobre todo los últimos meses de la relación... Pero a día de hoy, se me ponen los pelos de punta ver que el patrón del maltratador es algo real. No es algo que se diga por decir. Se repite. No quiero decir que sea el mismo pero es tan parecido que me ha dado miedo, y cuando digo miedo digo angustia. Pero cuando estás en una relación así, ves a tu maltratador como una persona divina, una persona que solo es para ti, alguien que era necesario en tu vida, un novio idílico, mágico, irremplazable... Pero una vez que sales de ahí, como salí yo, descubres la realidad. El amor no duele, el amor no se trata de rechazar cosas que te gusten, el amor no es una jaula... 
A día de hoy, con mi pareja actual he aprendido a lo que es que te traten como mereces y lo mas importante, a no tener miedo de mis decisiones. Una relación tiene sus más y sus menos, eso es así aquí y en Roma, pero lo que no es normal que es que te aísle y te sientas sola y que pese a que tus amigos y familiares te digan que estás en una relación tóxica peligrosa, no seas capaz de verlo por ti misma. 
No voy a negar que me de un poco de cosa publicar esto pero creo que es necesario. Mucha fuerza a Ingrit, Miare, Anne y todas las chicas que han sufrido algo así, de corazón. 

sábado, 15 de julio de 2017

Capitulo 9: ¿Agosto?

El tiempo pasa y seguirá pasando y solo nosotros somos consecuentes de quedarnos mirando sin hacer nada o luchar por cambiar el presente. Ya me cansé, he durado menos de lo que pensaba que duraría pero necesito otro cambio en mi vida. Creo que puedo explotar la capacidad que hay dentro de mi. Estoy harta de oír que no soy suficiente, llevan repitiendomelo desde hace años en mi vida y ya es hora de que decida poner punto y final. Tengo miedo, miles de dudas sí, pero hace tiempo que no estoy a gusto con lo que tengo, con lo que soy y la vida pasa y sigue pasando. Y no lo hace lento, no. Desde que llegué he logrado todo lo que me he propuesto, encontrar un puesto de trabajo fijo, tener unas amigas que consiguen que me olvide de todo lo malo y estabilidad en mi vida amorosa. Ahora es hora de un cambio, no se muy bien por donde empezar pero es hora de que de el paso. Me gusta ser una inconformista, siempre lo he sido. Hace años que soy una persona que se queja cuando no está conforme y por ello he tenido problemas, muchos, y a día de hoy los sigo teniendo... pero estos últimos días no paro de pensar que estoy tirando mi vida por la borda. Estoy desperdiciando mucho que tengo guardado. Me encanta escribir, adoro leer, me gustaba escuchar jazz echada en la cama sin nada en la cabeza... ¿por qué lo he dejado de hacer? le hecho la culpa al trabajo, me quita muchas horas, le echo la culpa a que no consigo adaptarme a Barcelona pero... ¿a quien quiero engañar? no lo hago porque no me da la gana, tiempo hay y oportunidades infinitas de lograr ser alguien no paran de aumentar cada día que pasa de mi vida. Se que aun soy joven, solo tengo 24 años pero siento que mi momento está retrasándose, siento que no paro de ponerme obstáculos que no me dejan pasar y dar el impulso a lo que realmente me gusta. Esta muy alto pero necesito saltar ya. Agosto llega ya por favor.

sábado, 15 de abril de 2017

Dos años

He intentado empezar este post una y otra vez y en ninguna de las ocasiones, encuentro las palabras adecuadas para hacerlo, pero claro, la perfección no será la clave para decir lo que quiero decir así que me limitare a soltarlo sin pensarlo. 

¿Qué te voy a decir que no sepas ya? llegaste en un momento de mi vida bastante difícil, aún superándome a mi misma y luchando contra todo pronóstico, odiando el amor y sin plantearme una relación seria. Pero claro, siempre me rompiste los esquemas, desde aquella primera noche en el cine. Esa noche en la que no pasó nada "bueh querrá ser mi amigo" pensé. Pero no, jugaste muy bien tus cartas para hacer que la madrugada del día 15 de abril fuera totalmente inesperada, conseguiste hacer que me sintiera como en la mejor película romántica que habría existido hasta el momento. Que cariño le tengo a la plaza de derecho y a mi chupa de cuero de aquella noche y que aún conservo. La cosa siguió, pasaron días, semanas e incluso meses, y empezaste a despertar en mi, un sentimiento que había enterrado por temor a que me rompieran el corazón de nuevo. Recuerdo como nuestros ojos hablaban por nosotros, eran capaces de decir cuanto amor había en esa "amistad" pero ninguno tenía el valor real de soltarlo. Y me sorprendió que fueras tú en dar el primer paso, lo recuerdo como si fuera ayer. Rememoro una y otra vez la sensación de alegría y de miedo al escuchar un "te quiero" de tus labios que sentí aquella tarde. Aún noto como el escalofrío que me recorrió el cuerpo y el tembleque de mis piernas consiguieron que yo también me sincerara y tuviera valor para decirte que te amaba. Fue un momento muy romántico pero también, arriesgado. Tenía miedo. Miedo a que me hicieras daño, a que me partieras el corazón, a que jugaras conmigo. Pero creo, que por primera vez en años, dejé que éste,  no fuera el protagonista de mi vida. Conseguí dejarme llevar, no pensar en el futuro sino en el presente. Decidí darte todo lo que tenía y no preocuparme por el "qué pasará"

Cristian, me has cambiado la vida, te lo he dicho mil y una vez. Conseguiste abrirme los ojos con personas que yo creía mis almas gemelas. Lograste que me hiciera más y más fuerte. Has luchado para que comprenda que el amor no necesariamente tiene que doler. Se que no tengo que tener miedo de nada a tu lado, porque pase lo que pase, lo superaremos. Estás derrotando una parte de mi que detesto con toda mi alma, y me estás haciendo que sepa hacer las cosas como se deberían hacer. Me lo has dado todo, y se que seguirá siendo así mucho tiempo más. Eres la primera persona que decide compartir su vida a mi lado, que me escucha de verdad, que me tiene en cuenta, tanto mis gustos como mis miedos más temidos, ya te lo dije ayer. Eres alguien que me ha cambiado la vida. 
Hace un año exactamente, tú salías del bar y yo estaba en tu casa de Granada esperándote para darte una sorpresa, hoy, 365 días más tarde, estamos en Barcelona, en nuestra casa, nuestro pequeño refugio que hemos ido construyendo TÚ Y YO poco a poco. Hoy por hoy, nuestra relación ha pasado por algún que otro bache, es cierto, pero estamos creciendo tantísimo como pareja... creo que tanto tú como yo nos estamos encontrando realmente y no me puede gustar más esta sensación. De seguir juntos, tomando decisiones entre los dos, luchando por seguir hacia delante sin importar lo que nos pueda frenar. Persiguiendo nuestros sueños y aunque, sí que pensamos en el futuro, pero disfrutamos el presente más de lo que pudiéramos haberlo hecho en el pasado. Te quiero muchísimo Cristian, y sabes que ya van dos años pero, que yo seguiré enamorada de un día 15 y de un color.
¿Donde te desearé un feliz aniversario el año que viene? 

Te amo.
Ana. 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Capítulo 8: La confianza

A veces la confianza entre dos personas puede llegar a límites insospechados. Unos límites que no puedes contener y por ende, volver hacía atrás. El problema de la confianza es que puedes cometer errores, puedes hacer daño, mucho daño. Y esto puede afectarte más de lo que crees. Hay veces que puedes sentirte sola, o sentir que nadie te entiende y refugiarte en aquellos con los que puedes ser sincera al cien por cien, pero ¿qué pasa si estos te dan una hostia de realidad? ¿se perdió la confianza? ¿o acaso nunca había estado ahí? no. En realidad y siendo objetivos, la confianza es algo que se puede perder en tan solo un segundo y puede costar una eternidad recuperarla. Al menos así lo considero yo. El problema es cuando excedes con eses poder y lo utilizas a tu antojo, haces lo que te sale de las narices sin mediar sobre el dolor que pueden causar tus palabras, tus hechos o tus miradas. Ese es el problema, que si no cuidas a una persona, se terminará deteriorando aunque eso a ti no te importa porque hay problemas más importantes que resolver. A mi me fallaron hace ya tiempo, y se lo duro que es que alguien en quien confías tu vida te pegue una patada y te eche las culpas de sus errores, se lo que es eso. Y creedme, duele. Pero a día de hoy, como consecuencia de todo aquello, me siento menos confiada. Siento que no me puedo fiar de mucha gente que baila junto a mi. Y cuando creo que puedo hacerlo... ¡poom! hostia que va. Eso te demuestra que nunca hay que perder la guardia. Que hay que saber en quien depositar la confianza y en quien no, y aquella persona que sepa mimarla tendrá un tesoro que valdrá más que todo el oro del mundo.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Capitulo 7: El silencio que se convirtió en grito

Silencio. El silencio viene bien. Suele venir bien. Al menos, en la gran mayoría de las ocasiones. El problema está en cuando el silencio no te deja tranquilo. Cuando todo está demasiado en silencio y necesitas oír algo, así sea un mueble crujir. Es complicado de entender cuando tu mente es una puta bomba suicida que hace lo que le sale de las narices. Sí amigos. Mi cabeza está algo loca desde hace tiempo. Supongo que tendrá una explicación, aunque yo, un ser "racional" no logro descifrar qué es lo que está pasando. Cuando te enfrentas a la vida, a pequeños problemas (de cara a la sociedad) sin relevancia,para ti se convierten en un nudo en el estómago y te sientes desubicado. Sin saber qué camino hay que escoger. Qué decisión es la correcta o si es el mejor día para poner una lavadora. No sé. La cuestión es que nunca tienes nada claro, cualquier movimiento tendrá sus repercusiones, los cambios, sus problemas y una decisión, su posterior fracaso. Sí. Es como si una nube de polvo se apoderara de ti y te arrastrara de tal manera que no puedas controlar ni si tienes las bragas limpias. Hay veces que el ser humano actúa de una manera sin saber el por qué de esta. Con esto me refiero a gestos, maneras de hablar o incluso, a la hora de abordar los problemas.

Sabes que algo va mal si cambia algo en tu vida cotidiana. Por ejemplo, pérdida del apetito, o sensación continúa de sentirte inútil. No valorar tus logros o incluso no querer mirarte al espejo. Y es que es un coñazo fingir cuando las cosas no van bien. Es un rollazo enorme aparentar tranquilidad, seriedad o madurez si por dentro estás hecho una mierda. Es absurdo y es un poco como engañarte a ti mismo... y no es bueno, porque si empiezas así, acabarás en la mierda más profunda. Pero claro, la mente... La mente es una maldita bomba difícil de controlar. Pero yo no la llego a entender del todo, no sé muy bien qué quiere decirme, porque sí, bueno, te ayuda, te guía pero jamás te dice "me pasa esto" "quiero lo otro". Tú, como ser racional con cabeza, te ves en la obligación de interpretar cada pieza de puzle que te deja encima del tablero. Puedes montarlo tú o pedir ayuda a un profesional. Sí. Sería lo más sencillo y con lo que menos tardarías en montar el puzle y plantear pues, la solución.

Bah gilipolleces. No estoy conforme con nada. Todo me molesta, pienso más de la cuenta y todo me afecta. Supongo que es el problema de tener un cerebro que segregue emociones y eso me haga más humana y no un trozo de carne. Sí, pudiera ser eso. Pero no sé... ¿alguna vez no te ha pasado de que en tu mente tienes un ideal de vida que cuando lo llevas a cabo se te derrumba? ¿has tenido muy claro como quieres tu futuro y una vez que lo tienes, quieres algo totalmente diferente y no aceptado por la sociedad? Pues así es como me siento más o menos. El problema es que no lo puedes hablar con nadie pues te tacharían de idiota o de loca, pero claro, es lo que CREES que necesitas. O lo que piensas que te hará feliz de verdad ¿por qué mierda seguir lo que la sociedad nos dicta? ¿por qué narices tengo que conformarme con algo que no me hace feliz? Bueno, hay cosas que se pueden cambiar y quizás mejoraría la situación, pero si tras meses luchando por cambiar lo que es negro por blanco y ni tan siquiera obtienes un gris ¿cómo mierdas debería sentirme? porque estoy segura de que BIEN no sería la palabra que tendría cabida en esa cuestión.  No sé, supongo que cuando tengo lo que quiero, me aburro, y cuando me aburro quiero cambiar, un golpe, un giro INESPERADO, pero una vez que lo hago ¿qué pasa después? o más bien la pregunta sería ¿qué pasará después? porque si tomas una decisión tienes que achacar todas las consecuencias... ¿Me subo al metro que lleva a la luna o mejor me bajo en la estación que llega a Marte? ¿Es necesario llegar hasta el final o solo basta con intentar llegar a la primera parada? miles de cuestiones sin contestar porque quizás, no haya el valor necesario para hacerlo o bien porque ya sepa la respuesta pero no tenga cojones a soltarla al mundo entero ¡oh no, las apariencias! ¡¡NO PUEDO SER TAN REBELDE CHICOS!! En fin, diría miles de cosas pero mi mente ahora mismo está demasiado "negativa" y quizás mostraros mi manera de ver la vida os crearía un trauma o tal vez, os importa una mierda que esté hablando como si me creyera alguien cuando en realidad, no soy más que una chavala con 24 años con más problemas absurdos que Dora la Exploradora. Pero ese creo que es el PROBLEMA el acumularlo y no soltarlo. Pero ¿a quién coño se lo vas a soltar? ¿a quién mierda le importa lo que te pase o lo que se te pase por la mente si es mucho más interesante prestar atención a la gente por una puta pantalla de teléfono? Si es que ya lo digo yo, esta sociedad es una basura ¿realmente estamos más cerca de los nuestros gracias a las nuevas tecnologías? no amigos, yo creo que estamos ante el mayor error de la historia... dejar a los que tenemos cerca para centrarnos en los que tenemos lejos. Lo gracioso es que si el individuo en cuestión cambia sus pautas de supervivencia, se te echan los putos lobos encima. Pero claro, nunca te quejes de nada porque tienes que aparentar ser una persona MADURA y SERIA. Las personas NO DEBEN LLORAR, es muestra de debilidad. Eso he leído. O he escuchado lo de "estás siempre llorando" "las cosas no se arreglan llorando" ¡¡buah!! NO LO SABÍA. PENSÉ QUE SI LLORABAS TODO SE SOLUCIONABA. Por favor, es obvio, pero creo que todo ser humano necesita desahogarse, y creo que hacerlo, es síntoma de que esa persona está hecha una mierda por dentro, que su única vía de escape es llorar, intentar que las lágrimas calmen esa angustia que lleva por dentro y poder así encajar las piezas de puzle que he mencionado antes ¿lo entendéis?
Los que no me conozcan pensarán que quiero llamar la atención, los que me conozcan sabrán por donde van los tiros. Los envidiosos dirán que me quejo por vicio. Los que me envidian querrán ayudarme. Pero ¿qué pasa conmigo? ¿qué es lo que pienso yo de todo esto? Si lees entre líneas quizás logres descifrarlo. O no. Mi mente es muy retorcida para poder entender algo ¡no me entiendo ni yo!
Por cierto, acepto sugerencias de un cambio de nombre al blog. No me gusta. Buenas noches. 

viernes, 17 de febrero de 2017

Sin sentido #1

Me levanto. Mi garganta esta rota. Vuelvo a estar mala y eso me jode. De repente noto como mi cabeza se llena de frases hechas. Y es cuando empiezo a llorar y me tapo entera con la sábana. Vuelvo a despertar horas después, esa angustia sigue ahí y duele más. Oyes y sientes. Sientes y te derrumbas. No ves salida a tus problemas. Te sientes una inútil en todos los aspectos de tu vida. Consigues algo y pronto te lo echan por tierra. No vales nada. Para nadie. Das asco incluso hay quien desea humillarte mojandote la cara con su desprecio. No es justo. Vuelves a intentar despertar y luchas por levantarte de la cama y vuelves a notar cada hostia de realidad. Te sientes desnuda ante la vida misma y no eres capaz de seguir hacia delante. Realmente, poco hay que luchar. Miras la maleta y se te pasan miles de pensamientos por la cabeza sobre qué hacer y que no. Qué ganarías y qué es realmente lo que perderias. Que es lo que se espera de mi y cuanta decepción causa mi mera presencia. Estoy perdida en la cama, pues volví de nuevo, mis piernas flaquearon una vez más. Quiero cerrar los ojos y despertar pero no sentir que me ahogo o notar que no es necesario que siga luchando. Anoche me desnude de verdad e intenté ser clara. Estoy inundada de miedo y falsas esperanzas pero no sé que hacer ni a quien acudir pues creo que no merezco absolutamente nada más que la oscuridad que me proporciona meterme debajo de las sábanas.

jueves, 9 de febrero de 2017

Capítulo 6: pequeña reflexión mañanera

Cuando más lejos tienes algo, más lo necesitas. Más quieres tenerlo. O simplemente te paras a valorarlo. Quien sabe realmente lo que el maldito ser humano es capaz de ver o de sentir. Lo realmente importante es que seguimos sintiendo. Seguimos viendo la vida pasar y muchos, subimos al tren e intentamos ver donde nos depara el futuro. Lo más importante es llenar una maleta llena de ilusiones, de miedos también ya que nunca viene del todo mal ser precavido y no una cabeza loca. Es bonito llenar la maleta de sonrisas, de fuerza y de amor. Veo como el tiempo pasa, y juro que estos dos últimos años se han pasado tan rápidos... han tenido lugar decenas de acontecimientos y cuando bajé a Granada a hacer el examen, volví a recordarlos uno por uno. Mi facultad, mi pequeña y cutre facultad, aquellos pasillos donde corría mi ilusión, mi inexperiencia, aquellas clases y esos exámenes... y lo que siempre me gustará ver y pararme a pensar es aquella secretaria. Sí, se que soy algo pesada pero no paro de reflexionar qué hubiera pasado si yo aquel día no hubiera ido a reclamar una asignatura ¿qué hubiera pasado? no lo hubiera conocido ¿no? Hoy me miro y al ver donde he llegado, sigo sin entender por qué no soy capaz de reconocer mis hechos. Todos lo hacen por mi, pero yo misma no me doy cuenta de lo que he luchado para conseguir lo que tengo. Todo lo que he sufrido, las veces que he querido rendirme, la cantidad de errores que he cometido... es increíble. Tengo 24 años, 24 años ya. Me siento mayor y joven a la vez. Tengo toda una vida en la que tomar varias decisiones pero me estoy dando cuenta de que las últimas que he tomado, me están saliendo bien. Pero la que mejor me ha salido ha sido la de confiar ciegamente en él. Me encanta levantarme por la mañana y sentir sus besos en mi rostro, ahora él madruga y se va antes que yo, eso sí, nunca se le olvida darme un beso antes de irse o de decirme "tápate los ojos pequeña" para que no vea la luz encendida. O esperar en casa haciendo cosas y que él entre por la puerta con cara de cansado... disfrutar unas horas juntos hasta que yo me tengo que ir a trabajar. Es tan mágico que tras pasados 2 años siga sintiendo tanto por él... nunca me había pasado ¿quien me iba a mi a decir que viviría con 24 años en Barcelona con mi pareja? ¡nadie! no me lo creo ni yo. Creo que él ha conseguido que sepa acerca de mis elecciones en el futuro. Soy tan feliz de saber por donde quiero navegar ahora...

domingo, 8 de enero de 2017

Adiós 2016

Mis lectores más fieles de mi pasado blog Perdida en las calles con olor a té saben que cada final de año,  decido hacer una recopilación de todo lo que ha ido pasando a lo largo del mismo. Y bueno, en este blog, esta nueva etapa de mi vida, no va a ser distinto. Vuelvo a las andadas con él. Eso sí, yo me quejaba el año pasado que había sido el año en el que más cambios había sufrido mi vida. Jah! como me río yo ahora de esa Ana inocente y gilipollas. No, el 2016 me ha pegado cada hostia de realidad que a día de hoy, sigo sin creerme la cantidad de acontecimientos que he vivido. Este año se puede resumir en: amistades rotas, decepciones continuas, dolor, y plantearme el mayor cambio de mi vida: irme de Andalucía.

Bueno, como cualquier historia, comencemos por el principio... Empecé el año con dudas, pero intenté que eso no cambiara mi perspectiva de cóomo ver la vida. Tomé con ilusión esas 12 uvas de la suerte rodeada de los padres de mi novio y por supuesto de él. La otra mitad de mi corazón. En el ambiente de aquella noche de fin de año, se notaba que no sería un comienzo de año bueno, que había muchas caras enmascaradas que tenían que despertar. Recuerdo como a mi chico le dieron unas "vacaciones en su trabajo", bueno, vacaciones por decirlo de una manera más poética. Total, esa misma mañana me dice "¿oye y si nos vamos de viaje a París?" y yo claro, inocente le respondí que sí. Esa misma noche teníamos los billetes comprados. Sí, así, sin pensar, sin digerir la noticia. En un par de semanas cogíamos un vuelo desde Madrid para ir a París, la ciudad del amor. Hacía 16 años que no pisaba París, así que no podía estar más feliz con la noticia. Tras 5 horas de autobús hacia Madrid y un retraso en el avión de una hora y pico, llegamos a París. Que grande era aquello. Menuda semana pasamos, nos recorrimos la ciudad de norte a sur. Fue una experiencia maravillosa, que por cierto está grabada y de la que aún sigo esperando, a día de hoy, que mi chico monte los vídeos, pero creo que he perdido la esperanza, al final lo haré yo. Lo más interesante a la par que gracioso, fue el último día. Estábamos Cristian y yo haciendo cuentas del viaje y ¡buah! nos había salido super barato vivir allí esa semana. Qué felicidad más bonita ¿verdad? lo gracioso fue cuando nos dirigíamos al aeropuerto. Estábamos en el metro cuando nos llegan dos revisores, Cris se puso nervioso, yo no, porque no tenía nada que ocultar. Total, que nos piden los billetes de metro, y yo ni corta ni perezosa se los entrego, a lo que nos dice el hombre que viajamos con el billete equivocado y que son 60 euros de multa. Yo me puse blanca, más de lo que ya soy claro. Nos explicó que para ir al aeropuerto había que comprar unos billetes especiales. Obviamente, nosotros en ningún lugar vimos que eso tuviera que hacerse. En Madrid, Barcelona, etc, tu una vez que llegas al aeropuerto es cuando pagas por entrar ¿verdad? pues no, en París o en Francia no. Eso sí, os juro que no hay una puta señal que te ponga que se compra antes, os lo puedo asegurar. Pero claro, se lo explicamos al chico y le dio igual, así que bueno, nos cascó unos 60 euros, a día de hoy sigo guardando la multa. Se fueron los revisores en la parada siguiente y Cristian y yo no nos creíamos lo que nos acababa de pasar, estábamos flipando. Yo quería llorar, pero me mantuve fuerte para no perder los papeles...Llegamos al aeropuerto y bueno, tras horas esperando, cogimos el vuelo hacía Madrid para enfrentarnos al siguiente reto: no perder el autobús hacia Granada. Recuerdo que el autobús salía a las 20:30 y nuestro avión llegaba a las 20:00 o algo así. Vale. Ahí todo ok, teníamos el tiempo pillado por los pelos. Pero la suerte estaba de nuestra parte, llegamos a Madrid 15 minutos antes de lo previsto. Aún así, Cris y yo, cargados hasta arriba corrimos por el aeropuerto de Madrid hasta llegar a los metros. Que casualidad que los perdiéramos las dos veces y eso nos hiciera restarnos unos 20-30 minutos. Pero aún así, recuerdo como eran las 20:26 o por ahí y se abrieron las puertas en la estación de autobuses, le dije a Cris que corriera para parar al del autobús, mientras él salió del metro a toda potencia, yo intentaba correr con las dos maletas, la cámara de fotos y los cuadros de París. Lo perdimos. Perdimos el autobús a Granada, y el más cercano era a las 7 de la mañana. Cristian tiró hasta el paraguas de la desesperación. Yo me senté en el suelo a pensar. Estuvimos como una hora. Y bueno, antes de irnos a París le comenté a un buen amigo, Rubén, el problema que podríamos tener pero que no pasaría, así que decidí mandarle un mensaje. Tanto él como Patri nos acogieron en su casa, para nosotros fue una salvación. Nos salvaron la vida aquella noche. Al día siguiente ya tocaba madrugar para coger el bus hacia Granada, que menudo viaje tuvimos con unos críos chinos que no paraban de llorar, cagarse encima y por lo tanto, que su madre le cambiara el pañal en pleno autobús con todo lo que ello implica... en fin, os podéis hacer una idea. Pero fue llegar a Granada y decir ¡necesito un respiro!

Llegó marzo y mi cambio de pelo, bueh tampoco es que fuera un cambio en plan hard pero para mi si que lo supuso. Las cosas en mi vida ya no iban bien, se empezaron a crear unos grupos en los que yo no estaba incluida, recuerdo como empezaba a sentirme fuera de lugar cuando salía con mi mejor amiga, empecé a ver como todo se tornaba a terminar, y no quería que eso pasase. Me hice unas mechas "balayage" y me gustó bastante el resultado la verdad. Consiguió que tuviera un poco más de confianza en mi misma.
Abril, el mes donde empecé mi relación con él, abril, el mes en el que me graduaba. Tras varios problemas y engaños por parte de los que creía por aquel entonces mis amigos, conseguí lo que tanto había deseado, presentar en la graduación. Recuerdo que me costó mucho llegar a donde llegué porque como he dicho previamente, ya veía el precipicio y tenía más y más miedo conforme me iba autoconfirmando que lo peor estaba por llegar. En cuanto a la graduación, fue bien, bueno, los momentos previos fueron horrorosos, lo resumiré en que casi mato a mi novio, nada más. La presentación estuvo bien, yo me notaba nerviosa pero creo que gustó mucho, me sentí mejor que nunca encima del escenario y creo que no podía estar más orgullosa de todo lo que había conseguido. De todo lo que había sufrido y de donde había llegado yo sola. Tenía 23 años y había conseguido tantísimas cosas en esos cuatro años de carrera... que me parecía increíble.

Pasaron los meses, y por primera vez en esos cuatro años de carrera, pude permitirme ir a la feria de Granada, al famoso Corpus. Recuerdo la de risas que nos pegamos aquel día en casa de Rocío. Copa iba, copa venía. Feria, risas, lloros, abrazos, y el gran descubrimiento del año. Ellas. Era como si tras cuatro años, la vida me hubiera enseñado lo que tenía justo delante de mi y al fin, me hubiera dado cuenta de que yo estaba siguiendo el camino equivocado, que la felicidad la tenía justo delante de mi, todos los días que iba a clase y no justo al lado mía, como había pensado erróneamente. Y pensar que el causante  de todo fue Snapchat... manda narices jajaja.

Y fue cuando en junio terminó la historia de 4 años. Acabó, se desveló el misterio. Al fin tenía una respuesta después de un año entero intentando saber qué cojones estaba pasando. Me rompieron el corazón, aunque hacía meses que lo tenía roto. Me abrieron en dos y pusieron sal en mis heridas. Yo intenté mantenerme lo más serena posible, pero recuerdo no poder evitar llorar y llorar más. Me habían terminado de arrancar una de las partes más importantes que había en mi interior. La confianza ciega en una persona. Fue ella la que me rescató incontables ocasiones, fue ella la que me hizo levantarme cuando nadie más quiso, y fue ella la que me enterró. Una parte de mi murió ese día, pero otra volvió a abrir los ojos, intentó enfrentarse al problema y lo hizo como mejor sabía, grabó un vídeo. Me desahogué en torno a una media hora hablando sola frente a una cámara, leyendo cada párrafo y siendo consciente de lo que estaba pasando. La quería, tanto como a un miembro de mi familia, tanto como a mi pareja e incluso más que a mi misma. Pero en esta vida, esta sociedad cargada de envidia y odio, rompieron algo que parecía irrompible. A día de hoy, ya en enero de 2017, puedo asegurar de que aunque me dolió horrores, creo que tenía que ser así, creo que yo estaba ciega y no fui capaz de darme cuenta de que no me hacía falta. De que realmente fue una liberación y el mayor palo que viví en el 2016. Así que hoy, doy gracias al haberme librado de alguien que en realidad, me hacía sentirme inferior, torpe, tonta e incluso infravalorada. Y yo soy mucho más que eso, pero claro, no me he dado cuenta hasta ahora. Pero más vale tarde que nunca ¿no?

Tras este episodio fatídico pero importante en mi vida y el que no quiero dedicarle más palabras, llegaron sorpresas, muchas. Entre ellas, dos pequeñas personitas que me hicieron volver a levantarme del suelo. También él, mi vida entera comenzó a hacerme ver lo ciega que había estado y me devolvió las ganas por seguir aprendiendo y continuar viviendo experiencias únicas, entre ellas: montar a caballo, ir a un festival de música...
Ya estábamos a mitad de año y yo me sentía rara, algo vacía, pero dispuesta a descubrir que más ocurriría en este 2016 que para mi estaba siendo un año malo, muy malo. Demasiadas decepciones, muy malos momentos, tantos que en muchas ocasiones, quise tirar la toalla. Aún viendo mis logros no era capaz de entender lo típico, "por qué me está pasando todo a mi" "¿Soy tan mala?" "¿Me lo merezco?" y a día de hoy, se que no, simplemente era una etapa más que tenía que vivir. Un momento más del cual recordar para futuras ocasiones, al menos, así creo que tengo que plantearme la vida. Todo pasa por algo y en lugar de llorar por ello, deberíamos coger papel y boli e ir apuntando todo lo que ese acontecimiento nos ha enseñado.



Justo antes de acabar el curso, él, de nuevo, se las ingenió para sorprenderme, para volverme a dejar con la boca abierta. Esa noche tomamos vino, el famoso vino que yo había guardado para nuestro aniversario y lo bebimos aquella noche lluviosa, él y yo, en aquella cama, en aquel jacuzzi, él y yo juntos. El mayor logro que he conseguido estos cuatro años, encontrar el amor verdadero.
Pero acabó. El curso acabó. Se acabó la Sociología, bueno, S. no quiso que yo acabase al menos hasta septiembre.
He tenido un verano también bastante complicado. La idea de que todo había acabado para mi era una realidad. Ya no tenía que vivir más fuera porque habían acabado esos cuatro años de carrera. había terminado esa bonita etapa, esa magia de la que todos hablan. La etapa universitaria. Estoy segura que ha sido una maldita locura. Tantísimas experiencias que a día de hoy, no sería capaz de escribirlas ni en un centenar de blogs.,,

Pero sí, en estos cuatro años de carrera: he amado, muchas veces, pero ninguna como la última vez. Jamás he querido a alguien tantísimo. Nunca había querido y tenido completamente seguro algo, pero con él sí. Sigo pensando en esta absurda leyenda japonesa (?) y estoy segura de que sí, de que he encontrado a mi otra mitad, que estoy con la persona adecuada, que somos complementarios y que juntos hacemos algo maravilloso. Estoy convencida de que es el amor de mi vida y de que solo acaba de empezar algo que es tan bonito... tan dulce, tan arriesgado, tan loco... que tiene que seguir por muchos años más. Él y yo, nadie más.

Este verano me di cuenta, este verano quise quitarme la venda y descubrir quien era, realmente hace dos años no era fuerte, pero me engañé y me convencí de ello, pero ahora, me doy cuenta de que solo era una máscara y que realmente no era tan fuerte como pensaba... no era capaz de nada porque el miedo era más poderoso que yo misma, pero unos meses después me daría cuenta de que soy más fuerte y estoy más loca de lo que creía.


"Me desnudé, y allí en medio de la nada, 
aprendí que era eso lo que necesitaba. 

Me desnudé, y allí en medio de la nada, 
fui feliz y me di cuenta de lo que me gustaba.

Me desnudé, y allí en medio de la nada,
 me sentía como en casa.

Me desnudé, y allí en medio de la nada, 
nadé como mi madre me trajo al mundo. 

Me desnudé, y allí en medio de la nada,
realmente supe que era feliz y que tenía todo lo que quería."




El verano del 2016 no fue tan bueno como el de  2015, había muchas diferencias, pero intenté adaptarme como pude. Un verano lleno de ausencias pero también de caras nuevas. De nuevos retos y de un misterio que se desvelaría en septiembre. Y llegó ese día, aunque ya tenía fuerzas para enfrentarme a los exámenes pues Cris estuvo unos días conmigo por haber sido mi cumpleaños.
Llegaron los malditos exámenes. Y ahí estaba yo, temblando como una pasa sabiendo que mi futuro se decidiría esos días. Eso y mi TFG. El maldito TFG. Pero aunque temas algo que va a suceder, no puedes lamentarte ni pasar el tiempo porque pasará igualmente, lo malo se irá y llegará la paz. Pero no fue así, tras presentar el TFG y hacer los exámenes llegó una muy mala noticia para mi. El profesor que más yuyu me daba sería el que me pondría la nota de mi TFG, sería el presidente de mi tribunal. Recuerdo llorar en casa cuando me enteré de la noticia y maldije la universidad pero sabía que era una prueba a la que quería enfrentarme. Y así fue. Llegó el temido día. Ahí estaba yo, en aquellas escaleras esperando que me juzgaran. Que juzgaran el trabajo de casi un año. Y junto a mi mejor amigo Jonas, que no dudó en venir a ver mi presentación, demostré mejor que nadie lo que es un trabajo bien hecho.

Y salí airosa. Me gustó la sensación de haber logrado derrotar mis miedos ante aquel profesor, eso me hizo sentirme más segura conmigo misma.

Y pasaron los días, y Paula, una pequeñaja mía, se le fue la olla y terminamos en Jaén. Recuerdo que fueron unas mini-vacaciones maravillosas donde nos conocimos mucho más a fondo. Sí, mucho más de lo que jamás había pensado. Jah! quien me iba a decir que iba a descubrir a esas dos personitas tan importantes en mi vida después del caos que tuve meses atrás.



Y bueno, quiero plasmar directamente aquello que sentí cuando me dieron la noticia que cambiaría mi vida por completo, aquí dejo una captura:

Cristian había echado una solicitud para un máster en Barcelona y bueno, no os voy a engañar, pensé que no lo cogerían, no por nada, sino por las fechas en las que echó la solicitud. Yo me imaginaba mi vida con él, en Granada, trabajando de lo que sea en nuestro piso juntos. Pero jamás separados. Cuando leí este mensaje estaba en mitad de la calle, llegando a casa. Recuerdo que me quedé helada, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Era un sabor agridulce. Obviamente estaba orgullosa de lo que había conseguido pero a la vez, me daba un miedo atroz que se separara de mi lado. Segundos después, me llamó, emocionado, creo que incluso llorando. Yo no paraba de felicitarlo y repetir "dios mío..., dios Cristian". Al colgar la llamada seguí llorando. Realmente, no sé cuanto tiempo estuve así. Mi mente no paraba de imaginar estrategias para salvar aquello. Pero luego recordé algo que yo misma me repetí años atrás "¿Salvar? ¿acaso se acaba el mundo? ¿la distancia obligatoriamente rompe relaciones?" No. Se que eso no es así, pero el miedo es algo que no pude controlar aquel día. Fui a Motril para celebrar el cumple  de Cris a su lado, no quise que lo pasara solo. Y llegaron las notas de Susino. Demográfico: 5. Población un 3.7. Bueh, no estaba tan mal, al menos me había quitado la asignatura pesada. Pero aquí fue el momento decisivo. Le dije a Cristian días atrás que solo necesitaba aprobar demográfico para subirme a Barcelona con él, y eso había pasado. Cuando vi la nota del examen, tras llorar de la emoción (sin haber visto aún población) fue cuando Cris, con los ojos brillantes me preguntó "¿Te vendrás entonces conmigo a Barcelona?". Y en ese momento, miles de mariposas revolotearon en mi barriga y fue cuando cerrando los ojos le solté un "Sí Cris, me voy contigo a Barcelona". 

Y en apenas una semana y poco, ya teníamos billetes y piso. Nos iríamos a un piso compartido hasta que encontráramos algo y yo me pondría a buscar trabajo. Tras diez horas de tren subiendo por la costa, llegamos. Fue poner un pie en la estación Sants y se me escaparon unas lagrimillas y mi mente me dijo "Que comience el juego". Como ya muchos sabréis por este mismo blog, no fue fácil el mes de octubre. La convivencia con aquellos parásitos fue la más dura que yo recordara. Vivíamos en un ambiente demasiado negativo. No éramos felices. Yo no encontraba trabajo y me sentía derrotada. Eso consiguió que me volviera más irascible y tuviera problemas serios con mi chico. Llegó noviembre y seguíamos sin encontrar un piso, aunque yo ya tenía trabajo en Stradivarius del primer centro comercial que pisé cuando llegué a Barcelona. Fueron muchas veces las que Cristian y yo quisimos rendirnos pero al final, el que sigue la consigue y encontramos un piso. Para nosotros dos. Solo quedaba que nos aceptaran en él. Y así fue, al fin... así fue.

Días antes a este acontecimiento llegó el momento que había estado esperando desde el 2009. El concierto de Billy Talent. Puf, qué nerviosa que estaba. Hicimos cola unas horas antes y recuerdo que los cantantes, tan normales pasaron justo a nuestro lado deseando que lo pasáramos bien aquella noche. Me quedé en puto estado de shock. Y no fue una sino dos veces las que los vi a un paso de distancia. El concierto, bueno, qué decir, fue una puta locura. Mejor que aquel concierto agridulce del 2009. Se les notaba mucho más preparados, mejor puesta en escena y más entusiasmo. Me encantó. Fue algo único, los tenía a unos pocos metros de distancia y volvieron a cantar "Saint Veronika" qué regalo para mis oídos. Una vez que acabamos, esperamos al novio de Ana, una chica que conocimos en la cola que se había quedado con nosotros y decidimos ir a comer a cualquier lugar de comida rápida. Necesitábamos meternos calorías en vena después de tanto salto y tanta emoción. Yo no me creía lo bueno que había sido el concierto, y estaba como una niña pequeña en una noche de reyes... pero lo mejor está por llegar. Nada más salir del concierto tuve como un presentimiento y le dije a Cristian de pasarnos por el lugar del concierto. Cuando estábamos llegando vi a muchas personas juntas y algo de alboroto. Mi corazón empezó a ir a mil por hora. Y sí, allí estaba el bajista firmando autógrafos. Me quedé bloqueada, estaba ahí, me había firmado y hecho una foto conmigo, o sea, WTF. Pero lo más gracioso es cuando salió Ben. Creo que no sabría explicar la cantidad de emociones que sentí cuando estaba esperando a que se hiciera un foto conmigo. Quería gritarle todo lo que sentía en ese momento.
Lo mucho que me había ayudado alguna de sus canciones y lo importante que era para mi, pero tuve algo de madurez, al menos de cara a él para no engancharme a su pierna y decirle que me cantara algo al oído. Sí, parezco una adolescente. Lo sé. Y cuando llegó el momento mi cuerpo se puso en tensión. Lo agarré de la cintura e intenté sonreír a la foto para salir bien pero mi cara solo muestra una Ana acojonada. La verdad. Un sueño hecho realidad. Al menos el sueño de cualquier adolescente encerrada en los 24.

Y llegó el día en el que por fin, hicimos las maletas. Nos íbamos a nuestro nuevo piso. Tras que me robaran la cartera en el metro, llegamos a casa, nuestra casa. Pequeña pero NUESTRA. No podía ser más feliz, sentía que aquí haría que me sintiera más yo, como mi rinconcito, y así lo está siendo. El mes de diciembre se presentó duro tras bajar a Granada y recordar toda mi vida allí, tras hacer un examen sabiendo ya el resultado y tras haber visto a mis dos pequeñajas y a un rubio y tener que volver a separarme de ellos. Mucho trabajo con unas compañeras únicas, unos días de subidas y bajadas. Un suspenso esperado y crisis, muchas crisis. Mi hermana, mi padre pero no mi madre. Familia, eventos y las uvas en Plaza España.

El año ha acabado, y pese a que este "Adiós 2016" he tardado más en escribirlo por el trabajo y demás, creo que ha sido el año que más cambios ha sufrido mi vida. Me he enfrentado a mentiras encubiertas, de envidias, celos, de falsas amistades y de puñaladas por la espalda. De algunas despedidas para siempre, de pisadas fuertes en mi corazón y falta de lealtad. De viajes y aventuras junto a mi pareja muy buenas. Y de un desenlace que sigo sin creerme. Estoy en Barcelona, junto a mi pareja, con un trabajo temporal que me da para pagar el piso, piso propio, de nosotros dos, con nuestros gustos y nuestras historias. Viviendo solos, en una de las ciudades más bonitas que yo haya visto. También he conocido a unas personitas muy pequeñas aquí en Barcelona, unas patatas con cara de mojón muy mal disimulado que hacen que me sienta como en casa. Se que puedo confiar en ellas y a día de hoy, son de las cosas más importantes que tengo en Barcelona. Pero lo más gratificante para mi ha sido mi gran descubrimiento. Ya se que quiero ser de mayor. Bienvenido seas 2017. Allá vamos.