domingo, 6 de marzo de 2022

Adiós 2021

 Años impares, sin duda mis favoritos, y aunque este no ha ido del todo mal, tampoco ha ido todo lo bien que me hubiera gustado, pues ha estado plagado de decepciones.

El año comenzó luchando contra uno de mis enemigos, los granos. Comencé a seguir una rutina diaria con una serie de ácidos e historias, me estaba afectando a nivel anímico tanto grano. También tuvo lugar otra batalla, las muelas de juicio. Tenía preparada una operación para las dos muelas de abajo, en teoría eran muelas complicadas de sacar en la operación y eso me asustaba mucho. 

Fue duro, MUY DURO. En la operación, me sacaron solo una y estuve más de 1 hora. El post operatorio creo que ha sido el más duro de todos lo que he tenido, y el problema era que como había sido tan complicada la operación, tuvieron que dividir la extracción en 2, todavía PEOR. Creo que desde las piedras en el riñón, nunca había llorado tantísimo, pero bueno, fueron unos días muy muy duros, pero terminaron pasando y ya solo faltaba una muela. 

Mientras tanto, pude al fin asegurar mi balcón para proteger a Kobu de las posibles caídas no deseadas y aunque me dejé unos 280€, a día de hoy, ya un año después, sigo pensando que fue la mejor inversión que pude hacer, gato seguro, Ana sin ansiedad. 

Y llegó Marzo y con él, la extracción de la segunda muela. He de decir que aunque la operación en tiempo fue más o menos similar, el post-operatorio fue mucho más liviano. Obviamente fue duro, pero ni de lejos como el que tuve con la primera muela, así que dentro de lo que cabe, se pasó el tiempo mucho más rápido que con la primera ¡yuhu, hasta luego muelas!

Marzo también fue el mes en el que al fin, tuve cita con la dermatóloga que examinó mi problema con el Acné y me dió cita después del verano para comenzar con un tratamiento oral ¡al fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin! Aunque he de decir que comenzaba a tener mejor la piel tras mi rutina diaria, la verdad. También hubo tatuaje, el más friki de todos, el famoso Always de Harry Potter. Sí, 28 años que tengo. 

Creo que el estrago que hizo el COVID en 2020 hizo que en 2021 quisiera moverme mucho más, hacer más planes y disfrutar más de la vida. Por eso nuestro primer viaje comenzó en abril a Tarragona. Aunque fue una escapada muy breve de un finde, este tipo de viajes cortos me hacen disfrutar de los rincones tan bonitos que tiene Cataluña, que no son pocos. 

Y aunque abril no fue del todo maravilloso, vino alguien a mi vida que la puso de nuevo patas arriba. Bimbo, un gatito negro de 3-4 meses me hizo plantearme la opción de tener un segundo gato "Estoy preparada?" no lo sabía, realmente no lo sabía pero algo me dijo que me lanzara a la piscina. Y el día 13 de abril, fuimos a recoger a ese gatito, pero solo para ser su madre de acogida JAH!

Fue muy duro, encerramos al gatito en la habitación de Cristian y la primera noche, se nos subió por la estantería, nos bufó, horrible. Fue horrible, y recuerdo estar tan asustada por dentro que me arrepentí de haberme lanzado sin pensar en las consecuencias. Pero había algo dentro de mi, que sabía que no me había equivocado, y así fue. 

Tras días, y días y más días estando con él, poco a poco sacándolo de su zona de confort, limpíandolo con toallitas, dándole mimos, vitaminas para su caída de pelo, vimos avances, muy lentos, pero los vimos. Era un gato que le costaba jugar, le costaba mirarte y casi respirar, fue tan duro, lloraba tantísimo, que a día de hoy quiero decirle a esa Ana "tranquila, lo estás haciendo bien, muy bien". Tras casi un mes encerrado, comenzamos la adaptación con Kobu, otro drama. Kobu es un gato muy territorial, tanto que me sorprendió. Íbamos por tramos, los dejábamos que se olieran, otro día dejábamos que Kobu entrara al cuarto, y el muy perro orinaba en la arena de Bimbo, o mejor dicho, Haku. En fin, un percal importante, hasta que un día, los dejé con la puerta abierta y Haku comenzaba a llamar Kobu con maullidos (todo lo vigilábamos por una cámara) y fue tan bonito, tan bonito ver como quería ser su "hermanito" aunque Kobu fue muy duro con él siempre, la verdad. 

Conforme fue pasando el tiempo, ambos se fueron acostumbrando a la presencia del otro, aunque ya os digo que Kobu fue muy duro de pelar, tanto que os prometo que por las noches, yo lloraba porque parecían que no eran compatibles. Pero llegó el momento de esterilizar a Haku y por ende, decidir si formaría parte de nuestro hogar o no. Y la respuesta la tenía muy clara, prometía ser un gato difícil, pero no podía dejarlo ir, lo quería conmigo.

Kobu sufrío una bajada de defensas brutal, haciéndolo caer enfermo durante un mes entero. Yo no me lo podía perdonar y me castigué mucho mentalmente hablando. Fui muy dura conmigo misma, porque el tener otro gato, era exclusivamente para que Kobu no estuviese tan solo, y nunca lo había visto tan mal, tan despegado de mi, era otro gato. Fue duro, muy duro. 

Pero poco a poco, y estando mucho más rato dedicado 100% a Kobu, que todo comenzó a volver a la normalidad y comenzaron a jugar, ahí me volví a romper. Era justo lo que estaba buscando, ellos dos solos jugando sin problemas, era un sueño hecho realidad. 

Llegó Mayo y tras una crisis muy gorda, me di cuenta de que hay que saber elegir a las personas, y cuando digo esto me refiero a que está muy bien estar para los demás, pero también es ideal que los demás estén para ti, y no fue el caso. Creo que hacía mucho tiempo que no me sentía tan impotente con una persona, pero por primera vez, tuve que dejar marchar a alguien que quería muchísimo pero que no me hacía bien. No le deseo el mal, claro que no, de hecho pienso mucho en ella, pero a veces, hay que tomar decisiones egoístas si hay alguien que te está destrozando por dentro con detalles absurdos. Y no hablemos de las faltas de educación que pueden cometer estas personas cuando estás en un evento social (SH), en fin, hay que pasar página y aunque no fue fácil y a día de hoy todavía pienso en ello, creo que en el fondo, es la mejor decisión que pude tomar. Ahí fue cuando comencé a relacionarme con más amig@s, a salir más, aprovechar más los días libres y disfrutar de mi entorno. 

Este San Juan lo pasamos con unos buenos amigos, estuvimos en la playa de Badalona y fue una noche muy bonita, aunque había un trasfondo oscuro, muy oscuro. Días después nos fuimos de escapada por las playas de Girona ¡menuda gozada de viaje con gente bonita! y ese mismo domingo que volvimos, recuerdo estar en la cama con Cris y recibir EL MENSAJE "Chicos, he dado positivo en Covid". Se me revolvió todo, absolutamente todo porque justo esa semana bajaba a ver a mi familia y la graduación de mi hermana. Mañana siguiente: Ana y Cristian (aunque él más tarde) positivos en Covid, a la mierda el viaje y todo. 

La hostia, qué duro fue pasar el Covid, que mala estaba y como entiendo lo gordo que fue pillar el virus. A día de hoy, 2022 sigo con problemas de olfato/gusto y no he recuperado todo el pelo que se me cayó, espectacular. 

Y llegó julio, aunque era un julio diferente. Le dije a mi hermana que se viniera a Barcelona a vivir, y así fue. Cogió sus maletas y se plantó aquí para buscarse la vida y la verdad es que hicimos bastantes planes: visitar restaurantes, coctelerías, Port Aventura y mucho más. 

Fue un verano entretenido y de mierda. Estábamos en la estación del Nord para coger un bus a Cadaqués. Queríamos disfrutar unos días por allí y nos pareció guay hacernos una pequeña escapada. Tras perder el primer bus, decidimos desayunar en un bareto de mierda, café asqueroso y tostadas quemadas, pero nada nos podía detener las ganas de conocer Cadaqués. Llegamos a la estación y estábamos haciendo cola para el bus cuando dejamos las maletas, subimos y tras estar sentados 2 minutos, porque no fueron más, alguien gritó que se habían llevado 2 mochilas. Nosotros nos levantamos pero cuando vimos, que realmente fueron NUESTRAS mochilas, recuerdo como un miedo horroroso indescriptible me subió por el cuerpo, nos lo habían robado TODO. Absolutamente todo. Es una sensación que no le deseo a nadie, porque es muy muy jodida, no sabíamos que hacer. Corrimos por toda la estación y los guardas de seguridad, no nos hacían ni puto caso. Fuimos a denunciar, y justo me llegaron notificaciones de que habían intentado pagar con mi tarjeta, pero yo la había bloqueado nada más salir de la estación, hijos de la gran puta. 

Para colmo, nos fuimos a un restaurante con mi hermana para pasar un poco de lo que había sucedido y un buen amigo me soltó "llevabas el DNI y tus llaves, tienen tu dirección, cambiar la cerradura" otro trauma más, esos hijos de puta ladrones de mierda, sabían donde vivía y aunque realmente dudo que hubieran venido a casa, no lo descarté y nos dejamos 200 pavos en una cerradura nueva. 

Aunque le costó mucho a Cris, pero tras el episodio de mierda, decidí que no me habían jodido el verano y comenzamos a visitar muchos lugares de BCN y también nos hicimos una pequeña escapada a Tossa de Mar, la verdad es que fue maravillosa y muy reparadora. 

En septiembre estalló el volcán de la Palma, guau fue espectacular, aunque muy dañino para los de allí. También comencé el tratamiento con el acné, Dercutan concretamente. Y la verdad es que no noté tantos problemas como decía la gente, labios secos pero poco más. Mi hermana encontró curro de momento en realidad, estuvo de panadera pero luego terminó yéndose a un Call Center gracias a un conocido. 

Y tras un año un poco raro, Cris y yo decidimos hacernos una escapada en Octubre a Luxemburgo, ese país que nunca te planteas visitar, pero que fue un viaje de la hostia ¡en serio! 

Noviembre fue un mes complicado porque tenía el famoso juicio del asesinato que hubo en mi antiguo bloque. Fue bastante dura la experiencia, no se la deseo a nadie. Ver frente a ti a una persona que ha matado a otra, es acojonante de miedo. Pero esto me hizo volver al psicólogo, quería saber afrontar el juicio sin ansiedad, y descubrí que solo fue una excusa, volver al psicólogo me hizo ver las cosas desde otra perspectiva que jamás hubiera creído, fue genial. 

También decidí volver a Granada, visitar a una amiga que no lo estaba pasando del todo bien y fue tan enriquecedor ese viaje... Tan genial siempre que vuelvo a tierras Andaluzas..., aunque he de decir, que aunque echo de menos aquello, estoy tan agusto en Barcelona, que a no me quiero ir, al menos a corto plazo. He hecho mi vida aquí, con Cristian, amigos nuevos, mis gatos, mi casa..., no necesito nada más. 

En diciembre pude conseguir entradas para la presentación de KOI en el Palacio Sant Jordi y fue todo un espectáculo. Ver lo que un Streamer tan grande como Ibai, es capaz de hacer, es totamente increible, menuda gozada. 

Estas Navidades fueron complicadas, pero mi familia subió a verme, incluso nos hicimos una escapada a Girona, estuvo bien, pero podría haber sido mejor, como todo. 

Por último, decidimos irnos a una casa rural con nuestros vecinos, la verdad es que este año ha sido muy guay con ellos. Nos han integrado en sus planes, con sus amigos, y no podemos estar más agradecidos de tener a gente tan buena, a tan solo unas cuantas escaleras, es genial. 

En general ha sido un año intenso, he perdido amistades que consideraba de verdad, me he vuelto a enamorar de un peludo negro, Haku y me he conocido más que nunca, he analizado cuales son los fantasmas de mi pasado, y estoy aprendiendo a solucionarlo. Este 2022 ha comenzado de la mejor manera posible, viajando y estoy segura de que va a ser un año difícil de olvidar.